...la llama homicida

Hace un tiempo que declaré que no era un buen lector y que no lucharía más por tratar de serlo, definitivamente la lectura no tiene cabida en mi rutina habitual y habría que aprender a vivir con ello, por lo que mi fuente de información en papel serían sólo las revistas, que me permiten dedicarle poco tiempo y dejar cerrado el tema rápido, en fin, cosas de cada uno. Un día navegando por mi timeline de Twitter me encontré con una interesante noticia de mi amigo Álvaro Díaz (@adiazvaldes) una connotada personalidad de la televisión maulina sobre el lanzamiento de "La llama homicida", una obra póstuma de un señor llamado Manuel Ormeño, quien ofició de profesor en el Liceo de Constitución y escribió la novela ambientándola en el Constitución de principios del siglo XX, la cual salió a la luz después de harto tiempo de su fallecimiento, gestionada por sus hijos, por lo que me llamó profundamente la atención poder leerla. Como mi amigo es de las personas influyentes de la Perla del Maule, tenía varias copias disponibles (hicieron un reportaje de don Manuel, el cual alcancé a ver en uno de mis viajes), por lo que raudamente embaló uno de los libros y me la hizo llegar a mi morada en la capital (con ese nivel de dedicación sería un roto de °!"#$%&/()(/&%$#"! si no la leía... o sea!) así que en un viaje a la casa de la Carolita en Curicó comencé a leerlo, al ritmo de una lluvia profusa, yendo hacia el sur...

Lo bueno es que era de esos textos que "se leen solos", aparte de tener la letra grande (comentario muy Bart Simpson dicho sea de paso), el relato es ameno y conciso, capítulos cortos y con personajes bien definidos desde el principio. Sobre la historia no es una revolución de la literatura, incluso me atrevería a decir que es predecible: un señor de la capital (Fernando Santibáñez Rojas) viaja al pueblito y se enamora de la dama más respetada de la ciudad (Estela Ramos) quien es pretendida por el pinganilla con plata del pueblo, quien no escatima en recursos para mantener el interés de la señorita, incluso usando métodos "no santos". A pesar de lo anterior, el encanto personal viene por la ambientación bastante rica, indicando lugares típicos de mi querida ciudad, como la Plaza de Armas, la ribera del Maule, el Liceo, Rancho Astillero, intersección de calles centrales, etc. lo que hace viajar mentalmente a escenas que quizás para mi abuela o mis tíos de mayor edad eran parte de su paisaje típico y permitiéndome también recordar las tonteras que uno hacía cuando niño/adolescente por ahí mismo, sensación que a esta altura de mi vida (a casi 15 años de irme de la ciudad) es un placer incalculable sentir.

Finalmente, un agradecimiento a mi amigo Álvaro por el regalo (espero que las tortas curicanas entregadas en compensación hayan estado buenas jejejeje), realmente fue un bonito momento la lectura!

La portada del libro, en un color cepia quizás rememorando la época en que se ambienta la historia.

Mi compadre Álvaro, quien me envió exclusivamente esta foto (con un look Aldo Duque típico de sus despachos desde el candente sol de la Perla del Maule) para que ilustrara el post.

PD.- Este post lo escribí escuchando el 'A Day At The Races' de Queen y cerrándolo me doy cuenta de la joya que es "Teo Torriatte (Let Us Cling Together)" que cierra el disco, por Dios que canción más bonita, no hay otra palabra para describirla... #eso

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