...shout it, shout it, shout it out loud

El verano del 2020 tuvimos la oportunidad de irnos de vacaciones con la familia a la costa oeste de Estados Unidos, a recorrer la zona Los Angeles, Las Vegas y San Francisco principalmente. La navidad del 2019 (ya con el viaje armado y todo) la Caro me hizo un regalo que me dejó helado. Dentro de un sobre venía una entrada para ver a KISS en el Staples Center, en la capital del entretenimiento mundial, así que anduve transmitiendo con la cosa varios meses, ya que ver un concierto en la tierra del Tío Sam era uno de mis sueños, por una razón bien simple: allá la cosa va con todo, el escenario está completo, la parafernalia no se restringe y los grupos generalmente andan a plena forma, cosa que no pasa cuando tienen que mover todo miles de kilómetros para tocar en el fin del mundo como es Sudamérica. A los KISS los había visto antes, pero los podría ver 1.000 veces más, es un show sencillamente imperdible.

El día del concierto llegamos al Downtown de L.A. y luego de comer algo en un local de la cadena Chipotle e ir por suministros a un supermercado cercano las muchachas se fueron al hotel y yo me preparé para la caminata de 30 minutos al recinto, pasando por calles rodeadas de edificios de oficinas, muy parecido a lo que sería caminar por el barrio El Golf de Santiago, para llegar a un recinto imponente, con muchas estatuas que aluden al basketball, recordando que los Lakers y los Clippers juegan de local ahí. Me tocó dar casi una vuelta a la manzana para encontrar la puerta que me correspondía para el asiento que tenía. Al entrar, todo estaba lleno de gente disfrazada de algún músico y muchos stands con merchandising del grupo, muy caro por cierto (una polera costaba el equivalente a 50.000 pesos chilenos), por lo que compré algo que acá nunca venden: el tourbook de la gira, que contiene un montón de historias de las giras pasadas del grupo, así que como material de estudio está demasiado cool.


Después de un rato salió el "telonero" del show: don David "Diamond" Lee Roth, quien con un show en solitario hizo vibrar a los que estábamos apostados, y a punta de sus mejores melodías solistas y era que no con Van Halen nos brindó casi una hora de show. Cuesta ahora dimensionar que es lo más cerca que estuve de un show de Van Halen, tras la muerte del enorme guitarrista al que el grupo debe su nombre. 

Luego de un rato de espera, todo se oscurece y se escucha al locutor con el clásico "You wanted the best, you got the best, the hottest band in the world.... KISS!!!!" abriendo la noche con una versión sin anestesia de "Detroit Rock City" y la cuarta vez que este servidor tiene la suerte de ver a los oriundos de la gran manzana desplegar uno de los espectáculos más impresionantes que hoy por hoy (y desde los 70's) ronda el planeta. Uno a uno fueron cayendo los clásicos, entre otros: "Shout It Out Loud", "Deuce", "Love It Loud", "Heaven's on Fire", la enorme "Tears Are Falling", la brutal "War Machine" con Gene Simmons escupiendo fuego, "Lick It Up", "God of Thunder", "Psycho Circus", "Parasite", "Love Gun" con Paul Stanley volando desde el escenario principal a uno pequeño en medio de la cancha y un solo parafernálico de Tommy Thayer, "I Was Made for Lovin' You" también con el cantante en medio del recinto, para cerrar el set regular con la mastodóntica "Black Diamond" a duo entre Stanley y Singer. El encore vino rápido con Eric Singer entonando el clásico "Beth", "Do You Love Me" dedicada a la memoria de Kobe Bryant (ícono de los Lakers y que falleció algunas semanas antes) y el cierre definitivo con "Rock and Roll All Nite" con toneladas de papel picado y pirotecnia que reventaron el escenario, más la clásica destrucción de guitarras del frontman.

Luego de casi dos horas de show, hubo que retornar al hotel caminando, pero más contento que "perro con dos colas" ya que la experiencia fue tremenda. Igual me llamó la atención la cantidad de personas que vendían merchandising "no oficial" afuera y como cambiaba de golpe el panorama de un sector totalmente vivo e iluminado cerca de la arena, a un solitario sector que transitar era poco motivador, con algunos transeúntes con cara de pocos amigos...

Espero que les haya interesado la crónica del primer concierto que pude ver en Estados Unidos y el último que vi hace justo un año atrás, ya que los que teníamos en agenda el 2020, como Metallica en el Nacional, Guns N' Roses en el Parque O'Higgins y KISS de nuevo en el Arena Santiago deberán esperar a que las bendita pandemia se termine... 

La vista del local desde la esquina

El cocaví para la ocasión y el tourbook

Don David Lee Roth dándolo todo en su reducido setlist. Espero poder verlo por nuestras tierras algún día.

Fuego, torres y pirotecnia como si no hubiese mañana: KISS en la oficina damas y caballeros!

Una pequeña dosis de humo para la teatralidad del show

Pero qué fotogénico ser! No se nota la polera del grupo que me llevé de Santiago

La segunda compañera que encontró la Trini en un estante del "Walgreens del barrio", la incorporamos al clan el mismo día del concierto! HB pollito!!