The Spanish Tour - Part 1: Winter is coming...

A la altura que escribo este post, llevo catorce años trabajando en una empresa de origen español, por lo que desde que salí de la Universidad he estado escuchando constantemente referencias a ciudades como Madrid, Sevilla, Zaragoza o Barcelona, por la cantidad de personas que vienen y van al viejo continente, por lo que para mi siempre fue atractivo conocer aquellos lugares. A fines del año pasado se me dio la oportunidad de impartir un curso en dos sedes, Madrid y Barcelona en cinco días durante fines de enero, por lo que el desafío estaba bastante bonito, a pesar del poco tiempo disponible. Si leen esta cosa habitualmente, sabrán que no es primera vez que “cruzaba el charco”, ya que anteriormente estuvimos con la familia en Italia, así que las trece horas de vuelo desde Santiago a Madrid eran bien conocidas.

Plaza de Castilla, sector donde estaba el hotel en que me alojé y muy cerca de las oficinas donde estuve trabajando

La primera parada del viaje fue Madrid, donde llegué el día sábado al mediodía de allá (en esta fecha ellos tienen cuatro horas más) y aproveché la tarde para pasear por el sector de la Puerta del Sol, a pesar de que hacía un frío tremendo y empezó a llover apenas salí del hotel. Allí pude ver arquitectura propia del centro de una ciudad y caminar por calles que son muy interesantes, por la cantidad de locales y variedad de cosas que uno puede comer o mirar (incluyendo cervecerías, tiendas de jamón, pastelerías y un largo etc). Mi primera parada fue el Mercado de San Miguel, donde comí algunas “tapas” de pescado principalmente, en un lugar que es muy atractivo para el turista, donde en pocos metros te puedes dar un tour bien completo por la gastronomía ibérica.

Mercado de San Miguel, un excelente lugar para probar la gastronomía de la peninsula

Interior del Mercado de San Miguel, sección jamones
El domingo aproveché de conocer el Estadio Santiago Bernabéu, que queda cerca del hotel donde estaba, por lo que el camino lo hice a pie, pagando otra deuda histórica con el Valdés del pasado, ese que miró la final de la Liga 94-95 en las ventanas del Rapa Nui en Constitución, cuando el mítico Iván Zamorano le dio el triunfo al equipo merengue y la liga después de una sequía de varios años. Es un paseo imperdible y demuestra claramente la espalda histórica del Real Madrid al pasear por un museo bien detallado sobre sus logros deportivos. Me di el gusto de en cuanta pantalla interactiva encontré, dejar puesto a don Iván, para que su memoria no se pierda! En la tarde había planificado salir a conocer otros lugares, pero la verdad es que me dio susto y me puse a repasar el material que usaría en el curso al otro día. Al final de la tarde salí a una cafetería cercana, con mucho frío, por lo que me sorprendió más ver gente bebiendo en terrazas, cuando lo único que yo haría sería comer sopaipillas con café. Allí disfruté de unos churros con chocolate, los que a pesar de lo que lo promocionan, no tienen mucho que envidiarle a los nuestros, esos de los carritos de las plazas.

Frontis del imponente Estadio Santiago Bernabéu

Una vista de la cancha y graderías

Después de dos días de curso, el martes por la tarde volví al Mercado de San Miguel por unas tapas de salmón y una probada de quesos que son espectaculares (la verdad es que nunca había comido tanto queso como esa semana), aprovechando de comprar algunos recuerdos para la familia, y a pesar de que estaba lloviendo débilmente, estaba bueno para tomar algunas fotos del sector, muy transitado y repito, con una vida comercial muy amplia. Destaco la tienda de la FNAC, donde uno que es ñoño tiene problemas para contener la compra compulsiva de cosas como CDs, películas, comics y un cuanto hay de libros y material geek, debí aplicar fuerza de voluntad extrema para salir solo con dos discos...

La estatua del Oso y el Madroño, en la Puerta del Sol

El Edificio de Correos, también en la Puerta del Sol

El día miércoles dejé mis maletas en la estación de trenes (Atocha en este caso) y salí a pasear por el sector donde está Las Cibeles, la Puerta de Alcalá y de tanto caminar mirando, volví a Puerta del Sol,  por primera vez de día, para volver  a pie a la estación, recorriendo calles un poco menos comerciales, pero que gozan de una arquitectura envidiable. Después de eso, usar esos trenes maravillosos (el AVE) para llegar a la Ciudad Condal...

Palacio de las Comunicaciones... un "Vulgar Display Of Power" de edificio...

La Plaza Italia de Madrid, donde se celebran los triunfos: La Fuente de Cibeles

La Puerta de Alcalá
En resumen, lo poco que conocí de Madrid, una arquitectura envidiable, muy buena comida, precios un tanto altos para el promedio chileno (en aspectos vitales como comida y transporte) y las líneas de metro permiten recorrer de manera rápida los puntos más interesantes de la ciudad.

...song of ice and fire

Ayer estábamos con la familia en Curicó y de la nada se me vino a la cabeza el coro de “Ride the Lightning” de Metallica y se me quedó pegado por toda el resto de la Noche Vieja. Justo la semana anterior había estado escuchando harto de Metallica en Spotify (debido al cumpleaños del buen Lars Ulrich) y me sorprendió lo bien que sonaba la versión remasterizada del segundo disco de los oriundos de San Francisco. Así que como buen propósito de Año Nuevo, me tire el disco completo mientras hacía elíptica para pagar lo consumido el día anterior.


No vamos a descubrir la rueda señores, este álbum entra fácil en cuanto ranking de discos aparece y creo que esto se debe principalmente a la evolución que demuestra respecto al inmortal ‘Kill ‘Em All’: mantener los inmisericordes riff y velocidad, pero mezclándolo con composiciones más ambiciosas y estructuras musicales bastante más evolucionadas, lideradas por las ideas del productor Flemming Rasmussen y la influencia en la composición de Cliff Burton, quien pudo participar más que en el disco debut, donde ya estaba todo compuesto por el trío Hetfield / Ulrich / Mustaine.


El arranque con una guitarra acústica seguro revolvió el estómago a varios metalheads a mediados de 1984, pero hay que reconocer que la fórmula de “Fight Fire With Fire” es un golazo de media cancha (y reutilizada en varias ocasiones después por la misma banda), ya que después de un par de notas acústicas explota un riff marca registrada de Hetfield/Hammett. El segundo track que da título al disco está inspirado en un condenado a la silla eléctrica que no fue culpable del crimen que se le imputa y también nos entrega un himno que se sostiene hasta nuestros días. “For Whom The Bell Tolls” es una canción de esas que marcaron mi existencia, la partida con el bajo, la batería perfecta de Ulrich y la expresividad de Hetfield en vivo la convierten en una de mis canciones favoritas de la vida. La estructura tipo balada de “Fade To Black” fue otro golpe bajo a los corazones thrasheros, pero hay que reconocer que está fácil entre las mejores canciones de la agrupación. Inspirada en la desazón generada en Hetfield el robo de los instrumentos tres semanas antes de entrar a grabar, la estructura melódica (iniciada acústica y terminada en un creciente riff) nos demuestra lo inspirados que estaban. El riff inclemente de “Trapped Under Ice” nos conduce a la mente de un hombre que despierta de una criogenia, hasta el día de hoy no entiendo por qué no la tocaron en el concierto en la Antártica!!. Con “Escape” vamos a una canción que fue despreciada por la banda durante 28 años (nombrada por ellos como "la canción que nunca ha sido tocada en vivo"), ya que según dice la historia, fue escrita para satisfacer las necesidades de un single radial que nunca fue lanzado como tal, maldición terminada en 2012 cuando tocaron el disco completo en Atlantic City. Gran detalle el de la sirena al final, que la situó cerquita de la de “War Pigs” de Black Sabbath o “Firehouse” de KISS para este servidor. La penúltima canción también entra en la categoría de himno: basada en las plagas que describe el Antiguo Testamento se esparcieron sobre Egipto para liberar a los hebreos “Creeping Death” es un tema diseñado para desatar el mosh en vivo, desde el riff inicial hasta la invitación a gritar “die!" como un mantra, mientras suena la base rítmica de manera marcial. Para el cierre, un instrumental de casi 9 minutos que es la última demostración que la banda estaba para grandes cosas: “The Call Of Ktulu” basado en un cuento de H.P. Lovecraft del mismo nombre y nos lleva por varias secciones diferentes, que tomó un color diferente con los arreglos de Michael Kamen para el concierto "S&M", siendo el último track donde se acredita la participación de Dave Mustaine (junto a “Ride The Lightning”) en material de Metallica.

En resumen, un disco que si o si debe ser escuchado y disfrutado como corresponde, que puso por lo menos cinco temas para los setlist de la banda hasta hoy y que representa la época de crecimiento y ganas de comerse el mundo de un grupo que ya demostraba poco miedo a la hora de experimentar (para bien o para mal) llevando sus estructuras musicales al límite.


Dejo el playlist desde Spotify con la versión remasterizada que incluye varios conciertos de la época para hacernos la idea de cómo sonaban en vivo en los tiempos en que se cimentaba la carrera hacia la cima del trono del Heavy Metal (aunque suene pomposo).


PD.- Acá el link en Youtube al concierto donde se despacharon esta joya completa.