...good job

Esta semana estuve 5 días perdido en mi querido Constitución, ante una necesidad casi visceral de desconectarme un poco (agradezco a la Carola por entenderme...) y una de las tareas que me lleve fue revisar algunos DVD/BR que estaban juntando polvo en el escritorio. Dentro de estos venía una de mis películas favoritas del 2014, la muy bien calificada "Whiplash" de Damien Chazelle, la cual después de verla "de modo non-sancto" compré en Amazon para tenerla en la colección.


La probabilidad que esta película me llamara la atención era alta, ya que se enfoca en mi instrumento favorito: la batería. Así vemos como el joven Andrew Neiman se esmera por ser el mejor baterista, estudiando en Shaffer la que es la mejor escuela de música (Dream Theater me tenía engrupido con que era Berkley, debo averiguarlo!) donde en una tarde de práctica se cruza con el profesor Terence Fletcher, quien dirige la banda de jazz de la institución, invitándolo a audicionar para esta. De aquí en más, la cosa se pone cuesta arriba, el profesor es un auténtico monstruo, con un oído demasiado fino y que se siente ofendido si alguien se equivoca (Were you rushing or were you dragging?) o si se atreven a entrar con un instrumento desafinado. Durante la película Neiman se va desprendiendo de todo lo que se pueda interponer en su carrera al éxito, focalizándose sólo en practicar y practicar hasta sangrar (la sangre y sudor sobre los platillos y parches a veces me parece exagerada, pero ayuda al dramatismo!) y cuesta entender dónde está el límite entre ser el mejor y demostrarle a Fletcher que es digno de ser su baterista titular (una de las técnicas usadas por el maestro era poner a otros alumnos que tocaban mejor a competir con el titular, digno de equipo de fútbol) por lo que la vida del pobre cabro se torna de a poco en un infierno en que todo se trata de doblarle la mano al maestro opresor y convertirse en el próximo Charlie Parker, el cual siempre se pone de ejemplo de músico empeñoso a la vez que talentoso, a pesar de ser saxofonista...

Finalmente se entiende un poco la postura del maestro, cuyo objetivo es empujar a los estudiantes al límite para sacar lo mejor de ellos. Acá el cuestionamiento puede ser ¿vale la pena estressar a tal punto a los alumnos? ¿es necesario sacrificar todo para ser el mejor? ¿es válido luchar por ser el mejor o es más importante disfrutar lo que se hace?

Por cierto, el título de este post está basado en una máxima del profesor Fletcher: "las peores palabras de cualquier idioma son 'buen trabajo'", basándose en que esto evita que las personas entreguen su máximo real, pensando que ya lo han alcanzado... he ahí su búsqueda incansable por la perfección ¿no era lo mismo que buscaba Micky con el mítico Rocky pero sin caer en la violencia? Yo creo que si!!


El mundo de los bateristas se dividió entre los que amaron la película (como él siempre presente Mike Portnoy) y otros que la odiaron, principalmente por no poner en valor otros tipos de prácticas con el instrumento, centradas en la repetición, la motricidad, fluidez o groove, ya que convengamos que se centra mucho en la velocidad y otro punto delicado que se critica es la mala técnica de Neiman, ya que el profuso sangrado denota eso: mala técnica (yo llegue a lastimarme las manos "criando" durezas, nunca sangré a ese punto...) acá un link con un reportaje entrevistando a varios bateristas mexicanos que hablan al respecto.


Finalmente, solo una crítica negativa ¿cómo es eso que si no se es suficientemente bueno terminarás en una banda de rock? Feo feo, ¿denostando al compañero percusionista que se esmera en hacer un producto atractivo para una manga de chascones sin alma? Espero que él Director's Cut ponga ojo en corregir este punto...!!

PD: este post lo iba a escribir con la excelente banda sonora de la película (y se los dice alguien que de jazz no sabe nada) pero me di cuenta que no estaba en mi iPod, así que para recordar otro BR visto ("Classic Albums: Rush - 2112/Moving Pictures"), lo escribí en el bus, escuchando la versión en vivo de 2112 del 'Different Stages: Live' del que no cabe dudas es el mejor baterista vivo, don Neil Peart (y si, toca ROCK!!)