En la historia del rock diferentes momentos marcan la carrera de un grupo discográficamente hablando: tenemos los que la rompen en sus debuts como Led Zeppelin, Black Sabbath, Van Halen o Guns N' Roses, otros en el segundo intento (el disco más difícil de grabar como dicen los entendidos) como Megadeth o Dream Theater, mientras que otros explotan sin piedad en el tercero: claramente hoy no hablaremos del "Master Of Puppets" de Metallica o del "Operation: Mindcrime" de Queensrÿche, pero si hablaremos de una piedra fundamental de la historia del heavy metal que precisamente hoy cumple 40 años desde su lanzamiento en ese ya lejano 1982. Si bien es cierto el álbum homónimo de Iron Maiden tiene una gran factura compositiva, la producción no lo acompaña del todo y "Killers", a pesar de ser una joya por todos lados, queda la sensación que algo le falta... y lo que quizás le faltaba llegó en septiembre de 1981, proveniente de un conjunto llamado Samson". Con la coctelera lista, el insigne Martin Birch solo la agitó sabiamente y equilibró sabores: la materia prima de talento sobraba.
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Las dos ediciones de este clásico que están presentes en la colección |
Este registro es importante desde diferentes perspectivas: es el primero grabado con Bruce Dickinson en las voces, presentándonos a una de las gargantas más privilegiadas de la historia del rock y también a uno de los mejores frontman que ha pisado un escenario. Además es el último grabado con el gran baterista Clive Burr que dejó una huella imborrable tras los tambores de La Bestia, con un groove envidiable y un gusto exquisito para sentar la base de un sonido clásico. Es también el álbum donde el fiato entre Dave Murray y Adrian Smith explota con todo y también es donde Steve Harris se despacha algunas de las mejores canciones que salieron de su pluma, dejando un tercio del disco clavado en los setlists de la banda para la eternidad ¿nada mal eh?
El disco abre con rapidez y contundencia de la mano de "Invaders", un tema quizás menor en el catálogo del grupo pero que desde el momento cero nos indica que acá no andamos con cosas raras, el coro elevadísimo nos presenta sin asco el cambio vocal del grupo, desde las voces más carraspeadas de Di'Anno a la sirena que representa Dickinson. "Children Of The Damned", inspirada en una historia clásica del terror ochentero nos lleva por una montaña rusa de ritmos, con toques de baladas, pero acelerando a fondo cuando se debe. Con "The Prisoner" volvemos a la inspiración televisiva (está basada en una popular serie inglesa del mismo nombre), otra obra épica diseñada para ser tocada en vivo y que con un riff monolítico construye una canción inolvidable. Seguimos con una de las mejores composiciones de La Doncella como es "22 Acacia Avenue", continuando la historia de "Charlotte The Harlot", con un riff seco que sirve de base para el baile vocal de don Bruce explotando en uno de los mejores coros que Iron Maiden haya legado a la humanidad, épico por donde se le mire. Después de cuatro temas caemos en el clásico de clásicos, desde la controversia más banal de la época hasta la obligada imitación de Vincent Price, "The Number Of The Beast" emerge como una de las canciones más importantes de la década, la intro bíblica más reconocida del planeta probablemente y un número clavado en el tercer tercio de cualquier show de la banda, el riff inicial quirúrgicamente elaborado, los fills simples de Burr hasta la explosión brutal de Dickinson los casi 4 minutos no tienen un solo segundo de desperdicio. Como si no fuera suficiente, luego entra el que fue el primer single del álbum, con los ritmos medios tribales de uno de las intros más grandes de la vida, la pluma de Harris se sitúa en la conquista del oeste norteamericano, presentando en "Run To The Hills" los dos lados de la moneda, la de los conquistadores y la de los nativos que veían a estos foráneos montando unas bestias infernales y robando metro a metro sus tierras, cresta me emociono de solo repetir tamaña catedral musical!. Pasamos a otro que puede ser considerado un punto más bajo del disco, más que nada por la simpleza de "Gangland", aunque para mi es una muestra de todo el arsenal del grupo: velocidad, una base rítmica potentísima y un cantante desatado totalmente, quizás en los últimos estertores del sonido punk que le quedaban al grupo. Luego pasamos a la que para mi es la mejor canción de todo el catálogo de La Doncella: poco más de 7 minutos de perfección musical a través de la mirada de un condenado a muerte que se pasea por la agonía del saber que el fin está cerca, musicalizado en una pieza que se pasea por un montón de ritmos hasta explotar en uno de los mejores remates que le conozca al catálogo de los comandados por Steve Harris, es que "Hallowed Be Thy Name" es sencillamente de otro planeta. La reedición de 1998 incluyó dentro del tracklist un lado B que la banda toda la vida se arrepintió de no meter en la versión original, la tremenda "Total Eclipse, que también tiene una estructura más simple, pero totalmente melódica.
Aún recuerdo una tarde de domingo de mediados de los 90's cuando en más música dieron un especial de rock pesado y casi se me zafó la mandíbula cuando escuché "The Number Of The Beast", con un video más malo que mentirle a la mamá, pero que musicalmente fue un single exitosísimo. Mi primo tenía la portada de este álbum pegada en la pared, sacada de un diario, por lo que era casi religioso verla todos los días durante años!! Para mi Iron Maiden era la banda satánica que no pudo tocar en 1992 en Santiago y pasó de golpe a ser una de los grupos cabecera y parte de la banda sonora de la vida entera, luego vino el "Live After Death", "
Seventh Son Of A Seventh Son" y el que hoy nos reúne, iniciando una relación que en más de 25 años aún continúa. Felices 40 años "El Número de la Bestia" querido y Up The Irons!!!!
PD:- Complementando una obra perfecta, me permito recomendarles el disco doble "
Beast Over Hammersmith" grabado en la gira de promoción, donde la banda está más afilada que la katana de Eddie en el "Maiden Japan", para disfrutar las versiones recién salidas del horno de los que hoy son clásicos indiscutidos.